En Cleaner Lamp, S.L. nos tocó uno de esos retos que enamoran: la restauración de la lámpara del patio de butacas del Teatro Campoamor (Oviedo). Hablamos de una pieza de estilo Imperio, de unos 4 metros de diámetro por 6 metros de altura, que data de finales del siglo XIX o principios del XX. No está firmada (algo habitual cuando los maestros no dejaban marca o ésta se pierde), pero por calidad de fundición y materiales apunta a procedencia francesa o italiana. Está fabricada en bronce fundido a la cera perdida y cristal checo en cadenetas; la armadura interna es de hierro.
1) Desmontaje: inventario milimétrico y seguridad ante todo
Antes de tocar nada, hicimos un plano manual con el detalle de todas las cuentas de cristal y su colocación. En paralelo, reportaje fotográfico completo y numeración pieza a pieza del bronce, porque al ser una obra artesanal, cambiar una pieza de sitio te deja la lámpara torcida en el montaje final. También comprobamos si faltaban piezas para reponerlas desde el primer momento.
Vista general antes del desmontaje. Se documenta y numera cada elemento para asegurar el montaje exacto.
2) Cristal: reponer, limpiar y re-engarzar… uno a uno
Con los años, faltaba bastante cristal y los engarces (uniones metálicas de las cuentas) estaban podridos. Eso provoca caídas: a la altura a la que cuelga, un desprendimiento puede romper el cristal al impactar… e incluso golpear a alguien. Solución: reponer todo el cristal que faltaba y cambiar todos los engarces, manualmente y uno a uno. Además, clasificamos, limpiamos y volvimos a engarzar cada tira.
Cadenetas con engarces deteriorados tras décadas de uso
Pérdidas de cuentas: riesgo de caída y rotura por la altura de instalación
Detalle del engarce antiguo frente al sistema utilizado en la restauración
3) Mecheros y velas: adiós a holguras y riesgos, hola a normativa
Nos encontramos casquillos de madera (época de la electrificación) calzados con papel para salvar holguras. Con el tiempo, ese papel se deshace, se tuercen los mecheros y a veces se tensa el cable, con riesgo de cortocircuito.
La solución fue tornear casquillos de bronce macizo de 3 cm de grosor, introducirlos a presión y fijarlos con remache de bronce (cada mechero tiene su medida, así que se fabrican uno a uno). Luego, tija de paso 10/100 y vela homologada con cable anticalórico de silicona y teflón. Resultado: cumplimiento normativo en locales públicos y mayor durabilidad. Un apunte clave que nos encontramos: el interior de algunas velas era de madera, material muy combustible en caso de corto.
Velas y casquillos con holguras y materiales no seguros
Estado de las velas antes de la restauración Interior de las velas puestos en la restauración
El interior de la vela es de madera, material muy combustible en caso de cortocircuito
4) Instalación eléctrica: cableado homologado y protección en puntos críticos
El cable de plástico estaba recalentado, rígido y quebrado; el de tela, aún peor. Realizamos una instalación homologada con cable anticalórico y, en codos o zonas de roce, añadimos funda de seda ignífuga para evitar cualquier cortocircuito o incendio. Además, los casquillos interiores de porcelana anticalórica reducen el calor que transmite la bombilla al cable. Sustituimos los porta-bombillas de madera por portalámparas homologados de doble varilla de metal.
Sustitución de los casquillos porta bombillas de madera vieja y seca por portalámparas homologados de doble varilla de metal.
Estado de los cables antes de la restauración. Vemos los empalmes entre unos y otros. Estado de las velas antes de la restauración
5) Tratamiento del bronce: limpieza no agresiva y brillo original
Con todas las piezas desmontadas y tornillería/tijas renovadas con pasos de rosca nuevos, eliminamos la capa de suciedad y contaminación sin decapantes ni sosas ni productos agresivos. Después, esmerilado para quitar rayas y, en la galería principal, colocación de planchas nuevas pintadas a modo de adorno que ocultan la instalación eléctrica. El bruñido a mano devuelve el brillo original; aquí la prudencia es clave: un fallo obliga a repetir.
Comparativa del bronce: de la pátina de suciedad al brillo recuperado.
6) Montaje: primero en taller, luego en su sitio… sin sorpresas
Hicimos un premontaje en nuestras instalaciones para verificar encajes y circuitería. Después, desmontaje, embalaje para evitar roturas y montaje definitivo en el teatro en el menor tiempo posible.
Instalación definitiva: la lámpara vuelve a escena
Esta intervención combina criterio histórico (respeto a estilo y materiales originales) con seguridad eléctrica actual (componentes homologados, cableado anticalórico, fundas ignífugas y casquillos de porcelana). El resultado es una pieza ** fiel a su época**, segura para el público y con larga vida útil.
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